Las cualidades indispensables para poder hacer frente a un papel tan difícil como el del portero son múltiples y de orden psíquico, técnico y físico.
Estatura superior a la media.
Fuerza de arranque o de elevación.
Capacidad de saque o velocidad de desplazamiento en distancias cortas.
Velocidad de reacción o rapidez de reflejos.
Potencia generalizada en todos los músculos del cuerpo.
Flexibilidad o movilidad articular.
Equilibrio.
Agilidad y dotes acrobáticas.
Coordinación motora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario